Monegros. Tal cual.

Final de septiembre.

Corría el domingo a casa de mis abuelos a limpiar los zapatos antes de ir a misa. Depués tocaba la propina. Al salir de la iglesia iba a los puestos de venta donde compraba un muñeco. 
Pasaron los años y de adolescente corría para verte entrar a misa. Siempre ibas con tus padres. Yo estaba encandilado con tu pelo rubio. Posiblemente fué mi primera manifestación del amor. Me quedaba ahí parado mirando esperando no se qué.
No teníamos otra relación. Tú ibas al colegio de chicas y yo al de chicos. Nuestros padres vivían en círculos distintos. Durante la semana no nos veíamos.
El tiempo nos separó. Te casaste, tuviste una hija rubia como tú. Yo me fui del pueblo.
Después de muchos años, volví. Y volví a ir a verte entrar en misa. Entonces ibas sola. Decían que tu pelo se tornó gris. Yo te seguía viendo igual. Y seguía aquí parado esperando.
Esperaba que un día me miraras y vinieras hacia mi. Que pusieras tus manos en mi cara y me preguntaras -¿Qué haces?
Y yo te respondería -Esperarte. Y que me cogieras de la mano y me llevaras contigo.
Pero eso no llegó a ocurrir. Y hoy te traigo este ramo de flores que es lo más que te puedo ofrecer.
No hay amor sin pena.

Salida a fotos con Asafona. Por la mañana rescate de reptiles y anfibios con Kike Ruiz. Por la tarde paisaje.

Hacía meses que no volvía por Monegros. Posiblemente Monegros sea uno de los espacios más sinceros para fotografiar. No sirve eso de que en una fotografía se ve lo que el fotografo quiere que se vea. Monegros es así. Seco, agreste, áspero. Con identidad propia.

Comparto una fotos tomadas ese día que espero os gusten

Para más información:

https://es.wikipedia.org/wiki/Los_Monegros

https://www.turismodearagon.com/ficha/monegros

https://fgseral.blogspot.com